Me desperté temprano, quizás presa un poco de los nervios por repasar los últimos detalles sin prisa, y no dejar nada olvidado, habíamos quedado a las 8 de la mañana en el parking de Decathlon para subir a Torremanzanas, punto final del tramo 1, ya que por logística debíamos repartir los coches en los diferentes puntos estratégicos, así la gente podría retirarse en el momento que lo deseara, sabiendo donde habría vehículos para volver. Dejamos mi coche y nos dirigimos hacia Jijona, Josemi, Esteban y yo, hemos quedado en el parking del castillo de Jijona, pero como nos sobra tiempo decidimos tomar primero un café, aun así llegamos 20 minutos antes de la hora H, las 10:00 am.
Preparados para salir.. (foto de PEZ) |
Aunque correr se antoja tarea complicada,, las mochilas llenas de todo lo que hemos considerado necesario para afrontar este nuevo reto no nos dejan correr poco mas que un ritmo que prácticamente podríamos llevar andando, casualmente la que mas pesa es seguramente la mía, que soy el que menos kms voy a hacer, lo achaco a la falta de experiencia, y me consuelo pensando que a medida que voy bebiendo y comiendo la mochila pesara menos. No llevamos ni 500 metros y ya estamos subiendo hacia el Migjorn, primer vértice montañoso que nos colocara a 1.200 metros sobre el nivel del mar, y que hará que en apenas 5 kilómetros ascendamos cerca de 700 m del desnivel positivo que nos espera este día.
Subiendo la cara sur del Migjorn |
Es un tramo técnico, y yo, a la cola del grupo, me lo tomo con calma, asegurando cada paso, sin prisa, ya que un resbalón aquí puede suponer caer muchos metros sin ninguna garantía de salir bien parado. Mis Salomon XT Wing 3 traccionan perfectamente y en ningún momento siento perder el control, ni el contacto, llevándome con seguridad a culminar la ascensión con el resto del grupo, llegamos al punto geodésico 1:16h después de salir del parking del castillo de Jijona, mas fotos, mas risas, nos hidratamos, soltamos "lastre", oteamos el horizonte disfrutando de una vista de cientos de kilómetros a la redonda, de un espectáculo singular, y divisamos las pistas que nos llevan mentalmente por la explicación que Pez imbuye en nuestra mente en cada oportunidad de respiro que le da la montaña.
El sol está alto y comienza a apretarse el paso en la cabeza del grupo, en las bajadas cada uno baja a su ritmo, ¡pero que ritmo! yo apenas tengo tiempo de gestionar piedras sueltas afiladas, ramas, raíces, desniveles, curvas y eso que bajo casi andando, me fijo en mis compañeros, y veo que su gestión del paso difiere mucho de la mía, la minimizan, aumentando la cadencia, la adaptan al terreno, y más corto empieza a significar más rápido y menor esfuerzo, bajamos el Migjorn, y comienza la montaña rusa, subiendo y bajando trialeras, las subidas son andando, y recupero el terreno que pierdo en las bajadas, merced también a que siempre hay alguien que se descuelga del grupo para esperarme, darme ánimos y ver como estoy.
Vistas increíbles desde el Migjorn. +1.200 m. |
Empezamos a beber, y bebemos mucho, yo llevo encima cerca de 4 litros, entre agua, isotónicas y un red bull que empiezo a beber a pequeños sorbos para dosificarlo, queda mucho, y noto la mochila cada vez mas ligera, empiezo a temer que no llevo suficiente agua, y me raciono a un sorbo cada 15 minutos, sudo mucho, la espalda tapada con la mochila va totalmente mojada, y si me quedo sin agua no acabaré el primer tramo, que es mi objetivo.
Y el sol no perdona, y el aire se esconde de nosotros, saliendo a acariciar nuestras abrasadas pieles solo de vez en cuando, pero cuando aparece es como un vaso de agua fresca y recuperamos aliento, frescura, fuerza... y corremos de sombra en sombra, ansiando hasta las que solamente tapan nuestros pies, y disfrutando de ellas me relajo, y aprendo que la montaña exige concentración a cada segundo, ya que bajando una trialera de tierra oscura calculo mal y pierdo el agarre, resbalo, y tratando de evitar precipitarme rodando bajo mi centro de gravedad, arrastrando piernas, muslos y donde la espalda pierde su nombre sin reparar en daños, solo evitar la caída. Recupero el equilibrio, me recompongo y sigo, la tierra es parte ahora de mi piel, impregna mis poros, llevo la montaña conmigo, la huelo, mezclada con el sudor de mi piel y llena mis fosas nasales, y me encanta, me siento vivo... por desgracia la cámara de fotos que iba en el bolsillo de atrás del pantalón ya no se siente viva, la caída ha destrozado la pantalla. Pero no hay tiempo, y parar no soluciona nada, gestionamos el tiempo pero este huye, vamos con retraso sobre el horario previsto, incluso sobre el peor previsto, así que a cada oportunidad el grupo se estira apretando el paso, y yo sufro, lloraría si tuviera suficiente liquido en mi cuerpo para formar lágrimas, pero ni siquiera me llega para sudar, y de hecho he bebido mas de dos litros y no he soltado "lastre" aun...
Empieza el Bautismo de Fuego, el Bisonte y Juanito me guardan las espaldas... |
Llevamos 2/3 del recorrido del tramo 1, unos 18 km, no serán 35, llevamos cerca de una hora de retraso son las 14:00, estamos sufriendo cerca de 30 o 32 grados y nos quedamos sin agua. Decidimos parar a comer, pero no hay sombras, me como medio bocadillo de catalana, antes me había comido media barrita de cereales pero el solido apenas pasa por la garganta, tengo mucha sed, así que compruebo el camel back y me encuentro que lo he racionado tanto que lo tengo prácticamente intacto, bebo con moderación recuperando parte de las fuerzas y con ellas el animo para continuar, acabo la bebida isotónica, el red bull hace rato que paso a formar parte de mi torrente sanguíneo a pequeños sorbos.
Echo de menos los calcetines de reserva que deje en el coche en jijona, pensando que no los necesitaría, me vendrían bien para refrescar los pies un poco y quitarme los que llevo llenos de tierra desde la caída, suelto cordones para que el pie se ensanche a gusto y luego los ajusto sin apretar, muscularmente me siento bien pero la planta de los pies me mata cada vez que piso el filo de una piedra con los metatarsos... le comento a pez lo de los calcetines.. -"viviendo y aprendiendo" -me dice-" a la próxima"- le contesto, ahorramos en palabras, la energía la necesitamos para acabar con este maldito tramo de fuego, los tábanos se acercan al olor de la comida y tras un par de picotazos volvemos a correr para dejarlos atrás.
Cuando no se puede correr.. se anda. |
21 kilómetros, la distancia mas larga que jamas había recorrido, y siempre por asfalto, es una distancia que ha quedado atrás, kilómetro 23, llegamos a la ultima cresta, desde aquí es todo cuesta abajo, unos 6 kilómetros nos separan de Torremanzanas, primera parada de la UltrAlicAntinA y fin de mi aventura... los que van en cabeza se escapan, ya no les queda agua, y saben que en poco mas de media hora pueden estar disfrutando del agua de los caños de la plaza de Torremanzanas y de una cerveza o una coca cola con mucho hielo en el bar de la plaza mientras esperan que lleguemos el resto del grupo.
El resto dosificamos agua y esfuerzos, y a 6 k me ponen a mi a la cabeza del grupo ya que mi ritmo es el menos exigente, y Pez me dice que dosifique, que es el ritmo que necesita en esos momentos, -"me queda mucho"- me dice, y mientras bajo evitando caer presa del agotamiento y el desanimo pienso que no tengo derecho a ninguna queja, ya que en breve yo estaré disfrutando de la comodidad y los lujos de una casa con agua en la nevera y un sofá para mis músculos mientras ellos continúan su aventura durante 100 kilómetros mas.... así que simplemente esbozo una sonrisa, no se si es suficiente para animar pero es lo máximo que puedo ofrecer, tratar de ser un buen compañero de aventuras....
Con las ultimas gotas de los bidones de agua llegamos a las inmediaciones de Torremanzanas donde un "buen Samaritano" (gracias desde aquí, aunque nunca te lleguen, tenemos todos una deuda contigo Manuel) nos aprovisionó de agua fría, congelada, que bebo con moderación y alternándola con el caldo que es el agua de mi camel back, la ansiedad y la sed puede con alguno y el agua fría le retuerce las tripas... pero acabamos los últimos 3 kilómetros con la sonrisa de una cerveza fresca, (gracias otra vez Manuel, por ir mas allá de la simple hospitalidad, y compartir lo poco que tenias con unos extraños, con unos locos, hace falta más gente como tu..) agradecidos, felices, sabiendo que habíamos ganado respeto, por nosotros mismos, por la montaña, que fue bella, intensa, asequible y despiadada al mismo tiempo, y por nuestros compañeros de viaje, yo no se si en algún momento mi compañía, mis pasos, algo que hice o dije os animo a seguir, pero cada uno de vosotros me empujó y me llevo en esta aventura un poco, así que GRACIAS A TODOS,llegue a donde llegué porque iba con quien iba, Pez Maestro, Felix Goldman, (lo de Ironman es poco para ti, el que te conoce sabe porque lo digo) Juanito, lo de ito es por el cariño, porque eres grande, Josemi, Esteban, Vicente.... gracias por ir tan fuerte, me demostráis mi propia capacidad de adaptación y superación, y me reflejo en vosotros.
El relevo.. sigue la experiencia. |
Y por fin Torremanzanas, extenuados, felices, cumpliendo con las palabras del Pez que dijo que pese a todo llegaríamos con una sonrisa en la cara, sonrisa que se reflejaba en la gente que nos esperaba en el bar, con las coca colas con hielo esperándonos, empieza el refresco, es solo una parada técnica para ellos, recuperan fuerzas y se preparan para lo que les queda, pez me hace honra de su amistad regalándome una pulsera por el simple hecho de haber compartido esta experiencia con el, y nos despedimos de los compañeros que han compartido sol, agua, tierra, viento, y el quinto elemento, la manada, y abrazamos a los que empiezan ahora diciéndoles que conserven fuerzas que sera duro...
Y parten, y yo sigo la aventura pero desde la comodidad del sillón de casa sin llegar a creerme que era parte de mi,y yo parte de ella y viendo como el día nos había destrozado no me extraño saber del abandono de alguno de ellos, y me preocupé, porque veía pocas posibilidades de que se pudiera cumplir el objetivo, y vi resurgir la esperanza a manos de Hortensia que se unió al Pez durante toda la noche y todo el día siguiente acunándolo por la montaña hasta la meta, y escuche leyendas que nacían, que contaban que una Flor acompañaba a un Pez que corría con los ojos cerrados y una sonrisa en la cara, que dormía bajo la sombra de Flora mientras Fauna guardaba su sueño, que tras casi 32 horas recorrió 130 kilómetros, con mas de 6.000 metros positivos en sus piernas,no sin sufrir, pero con el corazón y el alma mas grandes.
Y que se encontraron al día después llenos de regalos en forma de amaneceres, de hitos conseguidos, de fronteras físicas y mentales traspasadas y muros echos añicos, y vi como nacía la leyenda de la UltrAlicAntinA, una experiencia que un Pez quiso compartir con sus amigos, una carrera sin tiempos de corte, sin dorsales, si avituallamientos,ni reglas, solo una, vivirla con el respeto que se merece, el respeto hacia uno mismo al conocer sus limites, hacia los compañeros, porque aquí no se deja a nadie atrás, y hacia la montaña, porque un verdadero corredor de montaña... nunca deja huella. Y la compartió con el Bisonte, con el Bouet, con las Leyendas del Quixote, con amigos, viejos, nuevos, un Pez que irá al UTMB este año y nos llevará a todos con el en sus piernas, empujándole, y manteniendole en pie cuando tenga que recorrer las 100 millas de esa carrera solo apta para gente excepcional, no solo en el terreno deportivo, sino en el personal también, y en cuyo entrenamiento, o mas bien, preparación, de cuerpo y mente, ahora siento que he participado un poco, he puesto un granito de arena, pequeño, pero..... TODO CUENTA.
Dedicado a todos los que ese día participasteis, no solo corriendo, sino también animándonos desde casa, vosotros también lo hicisteis posible.
Y que se encontraron al día después llenos de regalos en forma de amaneceres, de hitos conseguidos, de fronteras físicas y mentales traspasadas y muros echos añicos, y vi como nacía la leyenda de la UltrAlicAntinA, una experiencia que un Pez quiso compartir con sus amigos, una carrera sin tiempos de corte, sin dorsales, si avituallamientos,ni reglas, solo una, vivirla con el respeto que se merece, el respeto hacia uno mismo al conocer sus limites, hacia los compañeros, porque aquí no se deja a nadie atrás, y hacia la montaña, porque un verdadero corredor de montaña... nunca deja huella. Y la compartió con el Bisonte, con el Bouet, con las Leyendas del Quixote, con amigos, viejos, nuevos, un Pez que irá al UTMB este año y nos llevará a todos con el en sus piernas, empujándole, y manteniendole en pie cuando tenga que recorrer las 100 millas de esa carrera solo apta para gente excepcional, no solo en el terreno deportivo, sino en el personal también, y en cuyo entrenamiento, o mas bien, preparación, de cuerpo y mente, ahora siento que he participado un poco, he puesto un granito de arena, pequeño, pero..... TODO CUENTA.
Dedicado a todos los que ese día participasteis, no solo corriendo, sino también animándonos desde casa, vosotros también lo hicisteis posible.
El final de la experiencia, y la sonrisa lo dice todo. |
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