sábado, 27 de abril de 2013

Adaptándome

 Abril 2013
Al día siguiente de la Media Maratón de Elche me levanté con un dolor bastante incómodo, aquel dolor que sentía en los kilómetros finales en la cadera había evolucionado a una molestia en la parte frontal de la ingle, no le di mayor importancia, ya que pensé que serian parte de las molestias por el "exceso" cometido el día anterior, pasaron unos 10 dias ante de que  por fin el dolor remitiera, así que volví a ponerme las "ruedas" para trotar un poco, estiré, calenté los músculos  y empece a trotar camino abajo, muy despacio, ya que la sombra de aquel dolor parecía no haberme dejado del todo todavía, buscando sensaciones me deje llevar, y cuando llevaba unos 15 minutos trotando empece a subir poco a poco el ritmo, sin embargo, ni 5 minutos después apareció de nuevo esa sensación  no como dolor esta vez, sino como molestia, como si algo no estuviera bien encajado.... poco a poco la molestia aumentó, por lo que  20 minutos después de haber salido de casa estaba dando la vuelta, confundido, por no saber en que consistía el problema y preocupado ya que no sabia la gravedad de la lesión.
Al llegar a casa hice una buena sesión de estiramientos, buscando, sin forzar, quizás el encontrar un punto de resistencia muscular que me indicara donde estaba el problema, sin conseguirlo. Así que me dedique a investigar en foros e internet, así como en revistas especializadas. Encontré mucha información,  es lo que tiene buscar, pero realmente la conclusión a la que llegaba siempre era la misma, el dolor lo provocaba mi forma de correr, mi mala técnica de carrera, así como el correr siempre por asfalto, superficie muy dura, y que castiga en sobremanera las articulaciones, favoreciendo la aparición de lesiones, tampoco ayudaba mucho el hecho de ser un poco gandul a la hora de estirar una vez finalizadas mis sesiones de entrenamiento.
Empece un tratamiento antinflamatorio, ya que por las noches hasta el roce de la sabana me molestaba en ocasiones, tenia la zona ultrasensible, y ciertos movimientos se traducían en pequeños pinchazos, mas molestos que dolorosos, pero incómodos sin duda. Trate de seguir entrenando, bajando el ritmo de carrera, en los días siguientes, y aunque conseguí correr durante casi una hora al tercer día de vuelta a los entrenamientos, comprendí que tenia que cambiar de táctica.
En esos momentos aprendí la leccion numero 15: todo suma, así que me preparé un plan  de entrenamiento diferente, diversificado, aplicando por primera vez a mi entrenamiento el principio del cross training ,es decir, entrenamiento cruzado, en el que aunque el objetivo era mejorar mi resistencia y calidad de técnica de carrera podía llegar a lograrlo sin tener que salir a correr todos los días, así que implante en mi entrenamiento días de natación, primero estilo libre, luego centrándome en mejorar  la técnica  incluyendo aletas para fortalecer la musculatura de las piernas, días de técnica de carrera, en las cuales tras analizar mi forma de correr, corregí mi postura, que anteriormente no era demasiado recta, así como la zona de impacto sobre la cual caía el peso en las zancadas, demasiado adelantada, varié mi cadencia de carrera, aumentándola para minimizar impactos en las articulaciones,teniendo en cuenta que una cadencia correcta está entre 120 y 180 zancadas por minuto y empece a salir con la bicicleta, primero rodajes suaves de 30 o 40 minutos que en ocasiones combinaba con técnica de carrera,  y poco a poco sesiones mas largas, ya que al ir en bici trabajaba la zona media y eso siempre viene bien. Supongo que viéndome cualquiera diría que preparaba un triatlón....
Entrenando técnica fuera del asfalto
Pero mi objetivo era solamente poder seguir mejorando, tenia la Media Maratón de Almansa el 18 de Mayo, y quería mejorar mi tiempo de 2:07´32" sin forzar esa lesión  y como nadando y montando en bici no me molestaba seguí incluyéndolo en mis rutinas, hasta que poco a poco la lesión fue remitiendo. 
Al mismo tiempo conocí a un grupo de corredores de mi zona, con los que me puse en contacto para poder quedar de vez en cuando y no tener que salir siempre solo a correr, pero ellos no corrían por asfalto, eran trail runners, o corredores de montaña, así que  empece a salir a realizar mis trotadas por caminos no asfaltados, para pillar sensaciones antes de quedar con ellos por primera vez, y al mismo tiempo como parte de proteger las articulaciones y minimizar el impacto sobre ellas, al hacerlo me di cuenta de que al correr en zonas con grava, arena, piedras sueltas, automáticamente mi forma de correr cambiaba, era como cuando uno corre por la arena de la playa, y para no quemarse corre apoyando la parte de delante del pie y amortiguando mucho el peso, y noté que al correr de esa manera, no solo me sentía mas ligero, sino que esa misma técnica de carrera era justo lo que necesitaba para evitar de nuevo aquellas molestias en carrera... había descubierto algo que iba a cambiar mi modo de vivir el running.... había descubierto la montaña.














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